II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Medellín, 50 años) - Congreso Eclesial - 23 al 26 de agosto de 2018.

La II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano convocada por el Papa Pablo VI con el fin de aplicar el Concilio Vaticano II, se llevó a cabo en la ciudad de Medellín, del 26 de agosto al 7 de septiembre de 1968, con el tema “La Iglesia en la actual transformación de América Latina a la luz del Concilio”.

Dentro de los hechos precursores que se pueden destacar se encuentran: la especial importancia que el Concilio Vaticano II (Decreto Christus Dominus) dio a la conformación de las Conferencias Episcopales. Siguiendo las orientaciones del Concilio el Papa Pablo VI da a conocer el Motu propio "Ecclesiae Sanctae" en 1966 y ordena la constitución de Conferencias Episcopales allí donde aún no existían, estableciendo que las ya existentes debían redactar estatutos propios. Otros eventos a subrayar fueron El Pacto de las Catacumbas (firmado por un grupo de padres conciliares el 16 de noviembre de 1965 en Roma), la publicación del Nuevo Testamento Ecuménico (en el año 1965 en Roma), La celebración del X aniversario de la creación del CELAM (con este motivo el Papa Pablo VI pronunció un discurso el día 23 de noviembre de 1965, en donde planteaba algunos fenómenos sociales que se estaban ya viviendo en América Latina y proponía imprimir a la labor pastoral un carácter extraordinario), El Primer Congreso Latinoamericano de Vocaciones (realizado en Lima, Perú del 21 al 27 de noviembre de 1966), El Primer Encuentro Latinoamericano de Pastoral de Conjunto (que se realizó del 5 al 11 de junio de 1966, en Baños, Ecuador), la Asamblea Extraordinaria realizada en Mar del Plata, Argentina del 11 al 16 de octubre de 1966, teniendo como tema central “la presencia activa de la Iglesia en el desarrollo e integración de América Latina a la luz del Concilio Vaticano II y de la alocución del Papa Pablo VI al CELAM y por último la realización de otros importantes Encuentros del CELAM .

Con la llegada del Papa Pablo VI el 22 de agosto de 1968, se celebraba por primera vez la visita de un Papa a la conflictiva región de América Latina. Era una época convulsionada, hacía poco habían muerto el Padre Camilo Torres en la guerrilla colombiana, el Che Guevara en las montañas de Bolivia, a manos de los militares. Era una época agitada por las manifestaciones juveniles y por las presiones de grupos y movimientos sociales que pedían igualdad de oportunidades y un cambio radical en sus condiciones de vida. La revolución cubana que se había declarado marxista – leninista, ejercía una gran influencia sobre sectores obreros y universitarios, y amenazaba con extenderse a los países de la región. En países como Brasil, Paraguay y Nicaragua, las dictaduras mantenían un régimen de terror, de los pocos países estables políticamente eran Chile y Uruguay que años después sufrieron el flagelo de las dictaduras. En México el 2 de octubre de 1968, sucede la llamada masacre de Tlatelolco, que marcó la vida del pueblo mexicano y latinoamericano.

A este Continente llega el Papa Pablo VI a la inauguración de dos eventos: el Congreso Eucarístico Internacional y la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Para la realización de la Conferencia de Medellín se contó con 247 asistentes en donde además de los obispos hubo dos categorías de participantes: miembros efectivos con voz y voto (seis presbíteros delegados de las Conferencias Episcopales, 22 miembros nombrados por el Papa y los presbíteros miembros de la Junta Directiva de la Conferencia Latinoamericana de Religiosos –CLAR); y participantes con voz, pero sin voto (secretarios ejecutivos del Celam, miembros no-sacerdotes de la junta directiva de la CLAR, presbíteros, religiosos(as), laicos(as) invitados en calidad de expertos y 11 observadores no-católicos). Por otra parte, cabe destacar que por primera vez en una reunión oficial del episcopado en América Latina, se contó con la presencia de once observadores no-católicos.

Tres grandes áreas, fueron abordadas en relación con el proceso de transformación del continente:

  • En primer lugar, el área de la promoción del hombre y de los pueblos hacia los valores de la justicia, la paz, la educación y la familia.
  • En segundo lugar, se atendió a la necesidad de una adaptada evangelización y maduración en la fe de los pueblos y sus élites, a través de la catequesis y la liturgia.
  • Finalmente se abordaron los problemas relativos a los miembros de la Iglesia, que requieren intensificar su unidad y acción pastoral a través de estructuras visibles, también adaptadas a las nuevas condiciones del Continente.

Los temas giraron en torno a: los signos de los tiempos, interpretación cristiana, iglesia y promoción humana, evangelización, pastoral de masas y de élites, unidad visible de la iglesia y coordinación pastoral.

El Documento de Medellín influenciado por la Constitución Pastoral Gaudium et spes y la Encíclica Populorum Progressio, tiene grandes y decisivos aportes relacionados con el compromiso de la Iglesia con los pobres, una Iglesia cuya obra evangelizadora es humanizadora y salvífica. Estos aportes tiene que ver con las relaciones entre fe y justicia, los temas del pecado social, la liberación de los pobres y la contribución del Evangelio a la transformación del mundo.

Como cita el Documento de Medellín todo esto: “en la esperanza de que todo el Pueblo de Dios, alentado por el Espíritu, comprometa sus fuerzas para su plena realización”.

Fuente foto: http://barriovenecia.blogspot.com


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