En la Fiesta de San Eugenio de Mazenod, el P. Víctor Santoyo, OMI. Comparte un Testimonio de Vocación y Valores del Carisma Oblato

Hoy 21 de mayo, se celebra la Fiesta de San Eugenio de Mazenod, Obispo de Marsella, fundador de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. El P. Víctor Santoyo, OMI comparte en su conmemoración un video en donde habla de su vocación y resalta los valores del Carisma Oblato.

 

Eugenio de Mazenod (1782-1861) 
 

Carlos José Eugenio de Mazenod, nació en Aix-en-Provenza, en la zona sur de Francia, el 1 de agosto de 1782 y falleció el 21 de mayo de 1861.  Descendiente de una familia de aristócratas franceses, según señala su biografía, su vida  sufrió un giro, producto de la llegada de la Revolución francesa, que obligó a su familia a vivir un forzoso destierro de 11 años de duración.

 

Inició sus estudios en el  Colegio de Nobles de Turín, Italia, y en 1802; a la edad de 20 años, regresa a Francia, ingresa en el Seminario de San Sulpicio, y se ordena como sacerdote en 1811 a pesar de la oposición de su familia.

 

La biografía compartida en la página del Vaticano, relata que al “volver a Aix de Provenza, no aceptó un nombramiento normal en una parroquia, sino que comenzó a ejercer su sacerdocio atendiendo a los que tenían verdadera necesidad espiritual: los prisioneros, los jóvenes, las domésticas y los campesinos. Eugenio prosiguió su marcha, a pesar de la oposición frecuente del clero local. Buscó pronto otros sacerdotes igualmente celosos que se prepararían para marchar fuera de las estructuras acostumbradas y aún poco habituales. Eugenio y sus hombres predicaban en Provenzal, la lengua de la gente sencilla, y no el francés de los "cultos". Iban de aldea en aldea, instruyendo a nivel popular y pasando muchas horas en el confesonario. Entre unas misiones y otras, el grupo se reunía en una vida comunitaria intensa de oración, estudio y amistad. Se llamaban a sí mismos "Misioneros de Provenza".

 

Sin embargo, para asegurar la continuidad en el trabajo, Eugenio tomó la intrépida decisión de ir directamente al Papa para pedirle el reconocimiento oficial de su grupo como una Congregación religiosa de derecho pontificio. Su fe y su perseverancia no cejaron y, el 17 de febrero de 1826, el Papa Gregorio XII aprobaba la nueva Congregación de los "Misioneros Oblatos de María Inmaculada". Eugenio fue elegido Superior General, y continuó inspirando y guiando a sus hombres durante 35 años, hasta su muerte. Eugenio insitió en una formación espiritual profunda y en una vida comunitaria cercana, al mismo tiempo que en el desarrollo de los esfuerzos apostólicos: predicación, trabajo con jóvenes, atención de los santuarios, capellanías de prisiones, confesiones, dirección de seminarios, parroquias. Él era un hombre apasionado por Cristo y nunca se opuso a aceptar un nuevo apostolado, si lo veía como una respuesta a las necesidades de la Iglesia. La "gloria de Dios, el bien de la Iglesia y la santificación de las almas" fueron siempre fuerzas que lo impulsaron”.

 


P. Víctor Santoyo OMI  - Testimonio de Vocación y Valores del Carisma Oblato (Ver video a continuación)

 


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